NUESTRO ENCUENTRO CON LA NATURALEZA

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El pasado viernes 11 de agosto, los estudiantes del grado transición, en compañía de sus docentes, asistimos al parque Simón Bolívar, muy felices por saber que iríamos a una caminata ecológica, escuchando con emoción las recomendaciones de los docentes antes de salir del colegio. A las 8:30 a.m. recogieron sus refrigerios y se subieron a los buses asombrados por utilizar el cinturón de seguridad; comentaban que no lo hacían con sus padres cuando se subían a un bus de Transmilenio o SITP.

Durante el camino se observaron alegres y tranquilos; llegaron a las 10:00 de la mañana e iniciaron la caminata.

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Guiados por el profesor Daniel, quien les explicaba lo que se observaba en su entorno, en la variedad de la fauna y la flora, felices recolectaban hojas secas de los árboles de varios tamaños, formas y colores; incluso recolectaron ramas para llevarlas a la casa. Observaron diferentes tipos de animales como pescados, patos, pájaros y perros. Durante el recorrido se encontraron con un gran parque lleno de diversión, estudiantes de muchos colegios y personas que compartían con alegría, energía y emoción, mientras nuestros niños aprovechaban al máximo el tiempo con sus compañeros.

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Siendo las 11:45 a.m., continuamos con la caminata encontrando al circo del Ejército Nacional; los niños asombrados los miraban, tocaban, y preguntaban infinidades de cosas y ellos les respondían amablemente a sus dudas, siempre con una sonrisa.

Para continuar con este maravilloso día, realizaron una ronda y luego les pintaron sus caritas mientras otros hacían uso de las atracciones inflables. A las 12:30 p.m., seguimos con la caminata buscando el lugar perfecto para almorzar y hacer un compartir de sabores.

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Al terminar de almorzar, se organizó y se recolectó la basura para enfatizar en los niños que hay que cuidar el planeta y el entorno. A la 1:15 p.m., tomamos nuestras maletas y continuamos nuestra caminata alrededor del parque, llegando al punto de inicio para el regreso. Mientras nos organizábamos nuevamente en el bus, cada estudiante comentaba su experiencia ajustando de manera autónoma, nuevamente, el cinturón de seguridad.

Después de unos 15 minutos de recorrido, muchos niños se quedaron dormidos en sus sillas hasta llegar al colegio. Sus padres muy alegres, ansiosos y orgullosos, los estaban esperando para compartir en el camino a casa, todas las historias que podían contar con apenas sus cinco años de edad. De seguro, fue un día que nunca olvidarán.